De acuerdo a estudios realizados por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), conforme la población va avanzando en edad, la indecencia de enfermedad de las encías va en aumento. Menos de un 35% de jóvenes entorno a los 15 años tiene las encías completamente sanas, mientras que en el caso de adultos de más de 65 años, sólo un 10%. El estado más grave de esta enfermedad es la periodontitis que, con el conocimiento adecuado, puede prevenirse.
Todo lo que debes saber sobre la periodontitis.
- ¿Qué es la periodontitis?
- ¿Qué síntomas tiene la periodontitis?
- ¿Qué causa la periodontitis?
- ¿Cómo prevenir la periodontitis?
- ¿Cómo se trata la periodontitis?
1. ¿Qué es la periodontitis?
La periodontitis (o piorrea, como también se conoce) se trata de una infección grave que, además de dañar el tejido blando que rodea el diente (encía y ligamentos periodontales), puede progresar hasta la raíz y llegar a destruir el hueso de soporte si no se lleva a cabo ningún tratamiento. Es decir, podría poner en peligro la integridad de la pieza dental provocando, incluso, su pérdida.
Lo cierto es que, esta patología es el resultado de una gingivitis no tratada, cuando la infección no sólo afecta a la parte superficial de la mucosas, sino que también ha llegado al interior de las encías. Por lo tanto, la periodontitis es una fase avanzada de la enfermedad periodontal, y también una de las afecciones orales más comunes entre los adultos.
Dentro de este tipo de enfermedad de las encías se pueden distinguir dos subtipos:
- La periodontitis agresiva (localizada o generalizada) tienen un gran factor genético y puede afectar a la población más joven. Su avance es rápido llegando a provocar la pérdida del hueso alveolar y del diente.
- La periodontitis crónica, es la enfermedad más común y afecta a gran parte de la población adulta. Se caracteriza por un avance lento y la formación de bolsas periodontales y recesión de encías.
Y si bien resultan un problema frecuente de salud bucodental, la periodontitis puede prevenirse en la mayoría de los casos, especialmente, si estamos atentos a los síntomas que indican que el estado de las encías no es el óptimo, ya que, estas se ven alteradas cuando se comienza a desarrollo la enfermedad:
2. ¿Qué síntomas tiene la periodontitis?
Muchos de los pacientes que sufren este problema periodontal empiezan manifestando una serie de síntomas que pueden identificarse con facilidad. Generalmente, en una fase más temprana de la enfermedad. la gingivitis, los síntomas suelen ser:
- Sangrado: que puede presentarse de forma espontánea, durante el cepillado, o incluso, mientras se come, especialmente si se muerden alimentos que empujan las encías, como por ejemplo, comer una manzana a mordiscos.
- Inflamación: generalmente se experimenta desde un ligero (y difícil de percibir) agrandamiento de las encías a una hinchazón más apreciable que se nota al tener una mayor sensibilidad en la zona afectada.
- Enrojecimiento: en algunos caso, con la enfermedad periodontal, las encías pueden adquirir un tono más rojizo, a veces violáceo, un cambio de color que también va asociado a la inflamación que hemos comentado.
Por otro lado, cuando la infección sin tratar va avanzando y comienza a afectar al interior de las encías, los síntomas pueden ir en aumento, señales que indican que la enfermedad se está agravando:
- Mal aliento o halitosis: si bien de forma puntual las personas pueden tener mal aliento (por ejemplo, al levantarse, tras comer algunos alimentos, o bien, por otras causas no orales), generalmente este problema se asocia una por una deficiente higiene bucodental, especialmente entre pacientes que tienen la enfermedad de las encías.
- Retracción gingival: a medida que avanza la enfermedad y la infección daña la mucosa, se puede ir experimentando lo que se conoce como retracción o recesión de encías, un problema derivado de la periodontitis que va exponiendo la raíz de las piezas dentales alrededor de las cuales existe este problema. Esto hace que visualmente el diente parezca más largo.
- Sensibilidad dental: aunque ya se puede apreciar en un estado inicial de la enfermedad, conforme ésta avanza la sensibilidad dental va siendo cada vez mayor, especialmente ante el consumo de algunos alimentos o bebidas (ácidas, azucaradas, frías o calientes) y muy notable si existe retracción gingival ya que la raíz del diente es mucho más sensible.
- Aparición de troneras: las troneras son los pequeños espacios interdentales que tienen forma de triángulo y que se deben a una pérdida de la mucosa, es decir, de la encía a consecuencia de la acción de la enfermedad.
- Movilidad dental: el avance progresivo de la piorrea que afecta tanto a mucosa como al hueso alveolar tiene como consecuencia una disminución de la fijación de las piezas dentales afectadas. Esto es lo que provoca la movilidad de los dientes y, en el peor de los casos, la pérdida de las piezas.
Por ello, para evitar las consecuencias de esta enfermedad periodontal, es fundamental conocer qué la provoca en primer lugar y cómo puede prevenirse:
3. ¿Qué causa la periodontitis?
En la mayoría de casos, la causa de esta enfermedad periodontal es de origen bacteriano. Es decir, está provocada por el acúmulo de placa bacteriana entre los dientes. Esta placa puede llegar a endurecerse bajo la línea de la encía y convertirse en lo que conocemos como sarro dental, muy difícil de eliminar.
Este sarro, lleno de bacterias es perjudicial tanto para la pieza dental como para las encías. En el caso del tejido gingival, produce una infección que va destruyéndolo y que, con el tiempo, al introducirse debajo de la encía provoca la periodontits, el estado más avanzado de la enfermedad periodontal, provocando una inflamación crónica.
Y es que debajo de las encías pueden formarse bolsas periodontales donde se acumulan las bacterias. Estas pueden hacerse cada vez más profundas causando la pérdida del tejido, del hueso, e incluso, del diente.
Además, hay ciertos hábitos y factores que también pueden aumentar el riesgos de sufrir periodontitis. Por ello, deben tener especial cuidado de su salud gingival aquellas personas que:
- Consumen habitualmente tabaco y/o alcohol.
- Tiene una predisposición genética a sufrir piorrea.
- Tienen una mala alimentación o un déficit de vitamina C.
- Tienen xerostomía, es decir, síndrome de sequedad bucal.
- Sufren enfermedades como la diabetes o inmunodepresoras.
- Tienen problemas de malposición dental, ya que dificulta la higiene.
4. ¿Cómo prevenir la periodontitis?
La forma más efectiva de prevenir la periodontitis es evitar el acúmulo de la placa bacteriana y la formación de cálculos de sarro endurecido entre dientes y encías. Para ello, hay dos acciones fundamentales a tener en cuenta:
4.1. Llevar a cabo una buena higiene bucodental.
La higiene oral adecuada debe realizarse tras cada comida e incluir una buena técnica de cepillado, el uso de hilo o seda dental o cepillo interdental, el raspado de la lengua y, opcionalmente aunque recomendable el uso de enjuague bucal.
A la hora de realizar la higiene bucodental en casa, se debe tener en cuenta la importancia de ser exhaustivo pero sin realizar un cepillado traumático para las encías que pueda provocar su recesión. Para ello. se pueden usar cepillos de cerdas suaves y realizar movimientos verticales.
También es importante considerar que los alimentos se acumulan entre los dientes, de ahí que la limpieza interdental sea importante, así como la lingual, ya que la lengua también puede acumular placa bacteriana.
4.2. Acudir al dentista con regularidad.
Sólo las revisiones periódicas con profesionales de la salud bucodental puede determinar cuál es el estado real de dientes y encías. Lo cierto es que, en algunos casos, los síntomas de la periodontitis no tienen porque ser claros o evidentes pese a existir la enfermedad.
Por ello, para prevenir ésta y otras enfermedades orales es fundamental acudir al dentista quien, muy probablemente, determinará la frecuencia en la que se deben hacer limpiezas dentales profesionales que son, al fin y al cabo, la forma más eficiente de eliminar la placa bacteriana que la causa.
Y es que aunque se lleve a cabo una buena higiene oral en casa, sólo este tipo de limpiezas o profilaxis como también se conocen, permiten eliminar de forma exhaustiva la placa acumulada. La frecuencia de estas limpiezas, dependerá de las necesidades particulares de cada paciente.
5. ¿Cómo se trata la periodontitis?
Cuando durante una visita o revisión se diagnostica un estado grave de enfermedad de las encías, es decir, periodontitis es fundamental llevar a cabo un tratamiento periodontal, el cual consta de varias fases:
Fase 1: evaluación.
En primer lugar es necesario realizar un estudio de las encías mediante fotografías y radiografías digitales que permitan conocer cuál es el estado interior de las encías, es decir, cuán profunda es la infección y si esta ha afectado al hueso alveolar.
Dependiendo de la gravedad de esta enfermedad también se puede llevar a cabo un estudio microbiológico para determinar qué tipo de bacterias habitan en la cavidad oral y poder así pautar un tratamiento antibiótico.
Fase 2: tratamiento.
Por otro lado, con el objetivo de eliminar el cálculo dental y las bolsas periodontales, es necesario realizar lo que se conoce como curetaje dental o raspado y alisado radicular, para eliminar las bacterias bajo la encía.
Este procedimiento llevado a cabo por el periodoncista se realiza con anestesia local (o incluso, si se solicita, con sedación consciente) y tiene el objetivo de eliminar el sarro que se ha extendido hacia la parte subgingival.
En los casos más graves de periodontitis, cuando las bolsas periodontales superan los 6 milímetros por debajo de la encía, este tratamiento puede ser insuficiente, siendo necesaria una cirugía de acceso periodontal.
Además, si se ha llegado a producir una pérdida ósea o del tejido blanco llegando a afectar a la integridad de la pieza dental, es posible realizar un injerto de hueso, de encías, e inclusive, de ambos, para restaurar su estado.
Fase 3: revisión y mantenimiento
Después una semanas tras haber realizado este procedimiento, se vuelve a citar al paciente para realizar de nuevo las mediciones necesarias que permitan evaluar el estado de salud de las encías en ese momento.
A partir de entonces, será necesario llevar a cabo una serie de revisiones de mantenimiento cada 4 o 6 meses, en función de las recomendaciones del periodoncista, para evitar la reincidencia y conservar la salud de las encías.