Últimamente, parece estar de moda. A pesar de que no todo el mundo utiliza su nombre técnico, muchos parecen ‘rechinar’ los dientes por la noche. Es tan molesto para la persona que duerme, como para la persona que escucha.
Os explicamos porqué pasa, qué consecuencias tiene y cómo se puede evitar.
El bruxismo, hace referencia a la acción incesante de rechinar y cerrar los dientes sin intención de hacerlo, es decir, no decidimos morder con fuerza y, además, lo hacemos en momentos inadecuados.
A menudo, la gente que sufre este síntoma, no sabe que lo sufre y, lo que es peor, no sabe de las consecuencias que se pueden acarrear en su boca y en sus dientes.
Los síntomas más comunes del bruxismo son claros, a pesar de que cada uno puede manifestar unos u otros:
– Dientes desgastados o astillados
– Dolor facial.
– Dientes demasiado sensibles.
– Tensión de los músculos de la cara y de la mandíbula.
– Dolores de cabeza.
– Dislocación de la mandíbula.
– Daños en el esmalte dental, que exponen la parte interna del diente (dentina).
– Crujido o chasquido en la articulación temporomandibular (su acrónimo en inglés es TMJ).
– Indentaciones de la lengua.
– Daños en la parte interior de la mejilla.
Estos síntomas, también pueden deberse a otras enfermedades, así que, a pesar de las sospechas, no dudes en consultar con el dentista, él os sacará de dudas.
¿Qué puede causarnos el bruxismo?
Lamentablemente, el día a día que vivimos de estrés y de ritmo endiablado, pueden ser los causantes de este problema.
Además, el bruxismo afecta según nuestra personalidad, suele afectar a las personas que experimentan tensión nerviosa, ira, dolor o frustración frecuentes y a las personas demasiado competitivas, apresuradas o con tendencias agresivas.
¿Cómo se diagnosticamos el bruxismo?
Durante las visitas periódicas al dentista, se examinan los dientes en busca de evidencias de bruxismo -a menudo indicadas por la apariencia plana de la punta de los dientes. Si los síntomas están presentes, se observan los cambios ocurridos en las siguientes visitas antes de establecer un programa de tratamiento.
¿Qué tratamiento es el adecuado?
El tratamiento específico para el bruxismo será determinado por su dentista o médico basándose en lo siguiente:
– Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
– En qué punto está la enfermedad (avanzada o no).
– Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
– Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
– Su opinión o preferencia.
Aproximadamente una de cada tres personas sufre de bruxismo que, en la mayoría de los casos, puede ser tratado con éxito. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
– Modificación de la conducta.
– Enseñar al paciente a descansar la lengua, los dientes y los labios de manera adecuada. Explicarle cómo descansar la lengua hacia arriba puede aliviar la incomodidad en la mandíbula al mantener los dientes separados y los labios cerrados.
– Férula de Descarga.
– Durante la noche se puede usar un dispositivo para la boca de plástico para absorber la fuerza de la mordida. Este dispositivo sirve para evitar daños en el futuro a los dientes y ayuda a cambiar la conducta del paciente.
– Bioretroalimentación.
– La bioretroalimentación se basa en el uso de un instrumento electrónico que mide la cantidad de actividad de los músculos de la boca y la mandíbula, indicándole al paciente cuándo ocurre demasiada actividad de los músculos de modo que pueda cambiar su conducta. Esto ayuda en especial a las personas con bruxismo durante el día. Es necesario llevar a cabo más investigaciones para desarrollar un programa de tratamiento para las personas con bruxismo nocturno.
¡Volver a dormir plácidamente, es posible!
Fuente: Methodist Health Care System, Houston, Tx.USA